miércoles, 13 de enero de 2010

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viernes, 8 de enero de 2010

José Manuel Fuente

Nació en Asturias, en la localidad de Limanes, el 30 de Septiembre de 1945.

Fue Federico Martín Bahamontes con su victoria en 1959 quien animó a Tarangu a dedicarse al ciclismo, el cual no ganó su primera carrera hasta 1962. En 1970 se hizo profesional ingresando en el equipo Karpy, ganando la clasificación por puntos de la Vuelta a Asturias y la clasificación de neoprofesionales de la Vuelta a España. En 1971 participó en la Vuelta a Guatemala y a su vuelta ingresó en el equipo KAS con el que participó en las tres grandes pruebas de aquel año, Vuelta a España, Giro de Italia y Tour de Francia, ganando varias de las etapas de las tres grandes.

Su primera victoria en la Vuelta se produjo en 1972, además de pruebas más pequeñas como el GP de la Montaña Catalana y la Vuelta al País Vasco. Al año siguiente obtuvo un tercer puesto en el Tour de Francia y fue vencedor de la Vuelta a Suiza y el premio de la Montaña de esta prueba.

En 1974 fue vencedor de dos etapas de la Vuelta a España y quedó clasificado en quinto lugar en el Giro de Italia. En 1975, por motivos de salud, anunció su retirada.

Aunque nunca fue ganador del Premio de la Montaña este asturiano fue un gran escalador, virtud que siempre se le ha reconocido, ya que el 5 de Septiembre de 1995, cuando la Vuelta llegó al alto del Naranco, dicho tramo pasó a denominarse "Cima José Manuel Fuente".

jueves, 7 de enero de 2010


Decir 'Aguila de Toledo' es lo mismo que hablar de Federico Martín Bahamontes. Considerado por algunos como el mejor escalador puro de la historia, el toledano tenía también un carácter peculiar por culpa del que probablemente no acumuló un palmarés más rico.
Había nacido en una pequeña localidad de apenas 1.700 habitantes conocida por Val de Santo Domingo, en el año 1928. Su padre, que se llamaba Julián Martín, ejerció de peón caminero hasta que decidió por su cuenta y riesgo trasladarse a la ciudad de Toledo, en donde, decían las gentes, había dinero (!). Encontró trabajo en un cigarral, denominación común en aquellos contornos y que consiste en una extensa huerta cercada, con árboles frutales y casa amplia, que se situaba en las afueras de la ciudad. Era el sacrificio continuo de un padre por sus hijos.
A los diecisiete años, Bahamontes comenzó a trabajar como
carpintero sin mucha suerte. Dentro del deporte se aficionó por la práctica del fútbol y con chavales de su edad jugaba en un basto solar. No lo hacía mal, pero aún así sus compañeros de fatigas le empujaron a que se comprara una bicicleta de segunda mano y les acompañara en algunas excursiones ciclistas. Su padre accedió a realizar el dispendio económico de rigor. Le costó nada menos que 50 duros. La bicicleta, además, le fue de gran utilidad para trasladar fruta de un lado a otro, poderla vender y obtener algún dinerillo. También de madrugada ejercía dura labor en el mercado en el trasiego de cajas.
En Toledo, había una cuesta muy empinada que se hacía notar. Se la conocía como Cristo de la Luz. Allí desafió a sus amigos y allí se vislumbró su facilidad sobre los pedales. Sin embargo, en un reconocimiento médico como consecuencia de haber sufrido una tifoidea, un galeno le detectó una clara insuficiencia torácica que no le presagiaba un buen porvenir. Se cernía sobre él un oscuro horizonte que no lo fue.
Su aparición en el profesionalismo, la realiza en la Vuelta a Asturias, pagando de su bolsillo la inscripción y presentándose a la prueba con una camisa de vestir, un pantalón de fútbol y alpargatas. Las críticas le llegaban por su falta de espíritu de equipo y por su escaso sentido táctico, pues corría hasta agotar sus fuerzas.
Es bueno que se sepa que Bahamontes, al no contar con medios económicos suficientes -sólo 100 pesetas-, se trasladó en bicicleta a las tierras del norte, recorriendo 700 kilómetros en tres días para poder participar en aquella competición. Lo hizo con otros animosos compañeros. Un hecho inaudito. El ciclismo de aquel entonces era una actividad poco considerada y los ciclistas un tanto modestos se veían obligados a hacer esa clase de locuras. Viajaban montados en su bicicleta y luego competían.


BAHAMONTES_TOUR DE 1959
El genio de Federico Martín Bahamontes dividió la España de finales de los años cincuenta. Con él o en su contra. Había que entenderle. Era un ciclista retador. Gallo a veces, taimado otras. Extravagante. Antes de nacer ya pedaleaba. Su madre, ya embarazada, andaba con la bici cuesta arriba por las calles de Toledo. El crío creció en el cigarral donde los republicanos clavaron sus morteros para bombardear el Alcázar. Comió del hambre. Y se ganó la vida sobre un triciclo: chico de reparto. O con sacos de patatas al hombro. Con pañuelo de cuatro puntas. La Castilla del estraperlo, de la penuria.
En 1957, Bahamontes era ya una leyenda. Aún se hablaba de su helado en la cima de la Romeyére. Subió el primero y allí, lamiendo un polo, esperó al resto. No por arrogancia, que le sobraba, sino por no bajar solo. El de ese año fue un Tour de Guerra Civil. En la Vuelta a España, Loroño, un hombre tranquilo, había llegado a las manos con el toledano. España dividida. El vizcaíno acabó quinto en París y el castellano se retiró. «Fede ya no puede más». Se echó en la cuneta. En posición fetal. Goddet, patrón del Tour y su fiel admirador, se le acercó: «Sigue Federico». Respuesta: «No». Insistió: «Hazlo por su madre». «No». De nuevo: «Por Fermina». «No». «Por España». «No». «Hazlo por Franco». «No». Le dolía un codo, agujereado por una inyección de calcio mal puesta. «Eso duele, pero no es para abandonar», criticaron en la selección española. Al día siguiente, Bahamontes, maleta en una mano y bicicleta en la otra, tiró para Toledo en el tren. España le silbó.
Hasta que llegó el Tour de 1959. El suyo. El primero de un español. Galdeano, uno de sus gregarios, le recuerda así en el magnífico libro 'Locos por el Tour': «Bahamontes es un tío que como se escape alguien al que le tiene manía, le salta, se va por los llanos a por él. Gana la montaña y se crece. Y luego pierde media hora en el llano, y echa la culpa a los domésticos, a los del equipo». Un genio alocado.
Dalmacio Langarica, el encargado de hacer la selección española, estaba íntimamente convencido de que Bahamontes se hallaba capacitado para ganar el Tour si se dejaba dirigir. Por eso aceptó la primera condición del toledano: "Si voy yo, no va Loroño".
Francia tenía sus propia guerra ciclista: Bobet, Geminiani, Riviere y Anquetil se miraban de reojo. Langarica supo aprovecharlo. Había dejado a Loroño en casa, lo que le costó mil problemas en Bilbao. Se jugó el cuello por elegir como líder único a Bahamontes. Al loco.
En la contrarreloj de Nantes, el 'lechuga' -así le llamaban- se vistió de zorro: se dejó cazar por la figura de seda de Anquetil y se colocó a rueda. Así sólo perdió dos minutos. Sus rivales le esperaban en los Alpes. Se equivocaron. Fue en los 219 kilómetros entre Albi y Aurillac, en el horno del Midi. Aceleró de salida y tumbó por más de 20 minutos a Gaul y Bobet. Luego ganó la cronoescalada al volcán, al Puy de Dome. Y dio la puntilla en La Romeyere, el puerto del helado, en compañía de Gaul. Tenía que ser allí. «Federico ya no es un loco», dijo de sí mismo. Un genio.

EL HELADO DE BAHAMONTES
Tour de Francia de 1954, en las estribaciones del primer puerto de la jornada, La Romeyre, Bahamontes va acompañado de 3 ciclistas, 2 franceses(el bretón Jean Mallejac que fue segundo en un Tour y Jean Le Guilly) y un suizo, Fritz Schaer, que fue finalmente segundo en la etapa tras Lucien Lazarides. En los primeros kilómetros de la subida, el coche de la selección suiza llega hacia su ciclista para decirle que no releve, y en ese momento saltan unas piedrecitas de la calzada que van a parar a la rueda de Bahamontes rompíendole varios radios de una de sus ruedas. Para que no le rozase, Fede destensó el freno de esa rueda para poder seguir hasta la cima, y les dió los dos habituales hachazos con los que reventaba a sus rivales, uno para probar como van las fuerzas y el otro el definitivo, para marcharse en solitario. Y por supuesto se fue solo. Y coronó tranquilamente con un par de minutos de ventaja. Pero así no se podía bajar, y le tocó esperar en la cima. Y a Bahamontes, clown, extraño y suyo, muy suyo, no se le ocurrió otra cosa que pasar el rato comiéndose un helado, en un puesto cercano. Se acercó al vendedor y, sin hablar siquiera ya que no sabía nada en absoluto de francés, con 2 dedos se lo señaló: "deux boules" murmuró el comerciante, y le preparó un cucurucho con 2 bolas de helado de vainilla, que se tomó Federico Martín Bahamontes en la cima de la Romeyre, esperando a que el jeep que había provisto la organización para Julián Berrendero y la selección española llegase. Y así estaba él, lamiendo su helado en medio del Tour de Francia.Y la prensa se ensañó, fotos por doquier... daba la impresión de que se tomase la carrera a cachondeo, así ilustraban los tabloides sus ediciones como una anécdota divertida de la carrera.

BAHAMONTES Y EL TOURMALET
A Alphonse Steines, un colaborador de Henri Desgrange, el inventor del Tour, se debe el descubrimiento del Tourmalet como cumbre ciclista, por allá el invierno de 1910, unos meses antes de que Octave Lapize lo franqueara por primera ocasión en la historia. A Federico Martín Bahamontes se debe el honor de no haberse acobardado nunca con la dureza y la magia del Tourmalet. Todavía hoy El Aguila de Toledo mantiene su particular récord en la ronda francesa. En cuatro ocasiones atravesó la legendaria cima en primera posición.

Qué fue de... Andy Hampsten







Pues sí, tocaba ciclista esta semana y este post hace referencia a una propuesta que puso sobre la mesa el otro día el lector Andrew. El ciclismo estadounidense tiene un nombre por encima del resto, que es obviamente el de Lance Armstrong. Tras él, podríamos colocar a Greg LeMond. Y ya en un tercer escalón, estaría el protagonista de hoy (y luego ya Floyd Landis, Hincapié, Leipheimer, Hamilton...). El caso es que si este hombre ocupa el tercer escalón es porque en 1988 tocó la gloria con los dedos en una de las grandes vueltas por etapas, el Giro de Italia. Viajamos a Estados Unidos para hablar de Andrew Hampsten.

¿Quién era?: Un ciclista norteamericano de los 80 y los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ganar el Giro de Italia de 1988, como os decía antes, y por ser una de las caras visibles del Tour de finales de los 80 y principios de los 90.

¿Qué fue de él?: Se retiró en las filas del US Postal en 1996. En la actualidad tiene una tienda de bicicletas en Seattle.

¿Sabías qué...?: Hampsten fue el primer ciclista no europeo que ganó el Giro.

- Su descubridor fue el mítico Bernard Hinault.

- Fue gregario de LeMond en los comienzos de su carrera.

- En el último Tour que ganó Induráin (1995), Hampsten era uno de los miembros del Banesto que ayudó al navarro a conseguir su legendaria quinta victoria consecutiva.

- Hay una ruta ciclista en Dakota del Norte que lleva su nombre.

- Es uno de los ciclistas que grabó su nombre en la historia al conseguir en 1992 la victoria en una de las más míticas cimas del Tour: L'Alpe d'Huez.

- Tiene una casa en la Toscana.

- El año en el que ganó LeMond su primer Tour (1986), Hampsten, su gregario de lujo, acabó cuarto y con el título de mejor joven.

- El primer español en el Giro del 88, el que ganó Hampsten, fue Perico Delgado, que hizo un séptimo puesto.

Biografía, palmarés, estadísticas: Shirus Andrew Hampsten nació en Columbus, Ohio, el 7 de abril de 1962. Debutó como profesional en 1985, en el equipo 7-Eleven. Tras pasar por La Vie Claire y retornar al 7-Eleven, corrió en el Motorola, en el Banesto y en el US Postal. Su principal triunfo ya ha sido dicho, el Giro del 88, así como un tercer puesto en la ronda italiana al año siguiente. Ganó una etapa del Tour del 92 y acumuló otros logros como una Vuelta a Suiza, una etapa en una París-Niza o un Tour de Romandía.

Aquí os dejo un vídeo del final de la etapa de Alpe d'Huez del 92:

Bernard Hinault El dominio del Caimán (1978-86)

Bernard Hinault nació en la población bretona de Yffiniac el 14 de noviembre de 1954. Con menos de 24 años debuta en el Tour y con inteligencia y aprovechando al máximo sus condiciones de contrarrelojista consiguió derrotar al holandés Zoetemelk, otro eterno segundón de la prueba francesa. Igualmente sus debuts en el Giro y en la Vuelta los finalizará con victoria.

Hinault no llega al nivel de Merckx pero se le aproxima. Siente como el belga el deseo insaciable de la victoria y perfecciona su técnica de escalador permitiendose luchar en ese terreno con los mejores especialistas. Su segunda victoria en 1979 es todavía más rotunda. Se adjudica siete etapas y relega a Zoetemelk, de nuevo segundo, a más de trece minutos en la clasificación general.

Presentado por los franceses como el sucesor de Anquetil se sospecha que pueda ser el heredero de Merckx. Parece confirmarse esta teoría en 1980 cuando en los Pirineos luce nuevamente el jersey amarillo pero cae camino de Luchon y se ve obligado a abandonar. Zoetemelk se viste de amarillo y no desaprovecha la ocasión, a sus treinta y cuatro años, para que no le sigan comparando con Raymond Poulidor. Poulidor fue tres veces segundo y cinco veces tercero. El holandés obtuvo seis segundos puestos pero se apuntó el triunfo en 1980.

El Caimán volvió en 1981 pleno de fuerzas y con ansias de desquite. Desde el primer día impone su ley y consigue el triunfo final con más autoridad que dos años antes. Triunfo que repite por cuarta vez en la siguiente edición.

En 1983 decide levantar el pie del acelerador tras ganar la Vuelta a España. Todavía sobreviven los veteranos Van Impe y Zoetemelk pero apaarece una nueva generación con Kelly, Roche, Millar, Anderson y, por fin, los españoles Arroyo y Perico Delgado. Francia presenta un favorito en la persona de Pascal Simon, cuya carrera como aficionado augura al sucesor de Hinault. Todos los pronósticos fallan. Nadie ha contado con un gregario que en la Vuelta ha apoyado espléndidamente a su jefe de filas, Laurent Fignon y es este quien se apunta el triunfo.

Triunfo que repite un año después en feroz duelo con Hinault quien ha creado un nuevo equipo. El Caimán toma la salida muy bajo de entrenamiento por culpa de una operación de rodilla y Fignon le derrota en todos los terrenos. La tercera plaza del podio es para un estadounidense Greg Lemond que se ha sacrificado hasta el límite para ayudar a Hinault, su jefe de equipo.

Hinault, con la ayuda de Lemond, conseguirá su quinto triunfo en 1985. Fignon no puede presentar batalla por una inoportuna tendinitis. El bretón podría haber superado el ecord de cinco victorias que compartía con Anquetil y Merckx. En 1986 es líder en Pau, donde Perico Delgado le bate al sprint en llegada de los dos en solitario. Vence en Alpe d'Huez, agarrado de la mano de Lemond para dar a entender que no le disputará la victoria final que le había prometido el año anterior y se despide del Tour con un segundo puesto que sabe a victoria

miércoles, 6 de enero de 2010

QUE FUE DE ... PEIO RUIZ CABESTANY

Vuelvo a atender una petición (la de mi medio paisano Surfersoul) y aquí os traigo, para que no quede, en plena jornada de descanso del Tour, apagada la estela del bello deporte del ciclismo en este vuestro blog, uno de los nombres clásicos de este deporte en España: Peio Ruiz Cabestany.

¿Quién era?: Un ciclista español de los 80 y principios de los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser uno de los más combativos corredores españoles de su época, que dejó su impronta con victorias en el Tour de Francia y la Vuelta a España.


¿Qué fue de él?: Se retiró en 1994 en las filas del Euskaltel. En la actualidad, sigue compitiendo, a nivel no profesional, en competiciones de mountain-bike, como la mítica Nissan Titan Desert (en la foto, arriba). Además, ha sido comentarista de ciclismo para Eurosport y recientemente ha presentado el reality '26.2 en el canal digital Set en Veo.

¿Sabías qué...?: Es de San Sebastián, hijo de padres catalanes.

- Su hermano Jordi también fue ciclista.

- Participó en el programa de telerrealidad Supervivientes y en el fallido concurso Desafío Bajo Cero.

- Ha escrito su propia autobiografía.

- En la Cataluña de sus mayores tiene unos viñedos, heredados de la familia de su madre.

- Es un gran aventurero y viajero. Ha recorrido en mountain bike países como Etiopía.

- Es un experto esquiador.

- Tiene una hermana llamada Nuria que es cineasta.

- Tiene un restaurante en San Sebastián.

- Es miembro de una plataforma de apoyo a jóvenes ciclistas vascos, navarros y vascofranceses.

Biografía, palmarés, estadísticas: Peio (o Pello) Ruiz Cabestany nació en San Sebastián el 13 de marzo de 1962. Debutó como profesional en 1984 en las filas del Orbea. También corrió en el mítico Kas, en la ONCE, en el CLAS-Cajastur, en el Gatorade y en el Euskadi. En su palmarés tiene tres etapas de la Vuelta a España y una del Tour, además de victorias en carreras como la Vuelta a Murcia, la Vuelta al País Vasco o la Vuelta a la Comunidad Valenciana.

No he hallado ningún vídeo potable de Ruiz Cabestany, así que os dejo uno de ETB, en el que el ex ciclista se va de pintxos por su ciudad:

QUE FUE DE .. PAVEL TONKOV

Ciclismo. Sí señores, volvemos a este deporte que tantos fans tiene en España y entre los que me incluyo. Hoy os traigo a un corredor de primer nivel, que siempre estuvo en las grandes vueltas y que logró ganar una de ellas en 1996. Un ciclista muy completo que fue uno de los grandes rivales del legendario y fallecido Marco Pantani. Un corredor que estuvo siempre vinculado a Italia pero que ahora lo está a España. Es el ruso Pavel Tonkov.

¿Quién era?: Un ciclista ruso de los 90 y de la primera mitad de esta década.

¿Por qué se le recuerda?: Por ganar el Giro de Italia de 1996 y ganar unas cuantas etapas en la ronda transalpina y en la Vuelta a España.

¿Qué fue de él?: Se retiró en 2005 en las filas del LPR. En la actualidad vive en el barrio del Brillante, en Córdoba. La familia de su mujer es de Villanueva (de Córdoba) y hace un tiempo, Tonkov compró un edificio antiguo en plena Judería, cerca de la Mezquita (los que no conocéis Córdoba, no sabéis lo que os perdéis). Su idea era montar allí un hotel pequeñito de semilujo, que iba a llamar La Hospedería del Atalia. El negocio iba a abrir en mayo, pero mi corresponsal en Córdoba (¡gracias, primo!), me ha confirmado que el hotel no ha abierto aún. Tonkov planeaba también, de manera paralela, una empresa de viajes culturales por la provincia de Córdoba, que incluía rutas ciclistas.

¿Sabías qué...?: Tonkov alcanzó, gracias a sus méritos deportivos, el rango de teniente en el Ejército Rojo.

- Sobre el clima de Córdoba ha dicho: "El calor me asustaba al principio".

- En una entrevista reciente afirmaba que "Rusia no es muy bien conocida. La gente suele quedarse en la antigua URSS, en la perestroika y en las crisis que sacan los telediarios".

- Tonkov, tras su retirada, quiso montar un equipo ciclista en Italia, pero no pudo hacerlo, según él, por la mala publicidad del ciclismo en los últimos años.

- Nació en Izhvesk, ciudad rusa en la que también nació la estrella de la NBA Andrei Kirilenko.

- En Izhvesk también fue diseñado el célebre fusil de asalto Kalashnikov. Casualmente, Izhvesk está hermanada con Córdoba... pero la de Argentina.

- Según su biografía, decidió dedicarse al ciclismo en cuerpo y alma tras ver a su compatriota Serguei Soukhoroutchenkov ganar el oro olímpico en Moscú 80.

- En las carreras llevaba siempre un icono representativo de todos los santos rusos. Se lo regaló su madre.

- En el Giro que ganó, el tercero fue Abraham Olano.

- Esa edición comenzó en Grecia, como homenaje de la carrera a los 100 años de los primeros Juegos Olímpicos Modernos.

- Su plato favorito son los spaghetti con caviar.

- Practica yoga.

- Es un consumado esquiador y nadador.

- Tiene dos hijos.

Biografía, palmarés, estadísticas: Pavel Sergeievitch Tonkov nació el 9 de febrero de 1969 en Izhvesk, Unión Soviética (hoy Rusia). Su debut como profesional fue en 1992, en el equipo Russ. Al año siguiente fichó por el Lampre italiano, donde estuvo hasta 1995. Tras pasar por el Ceramiche Panaria en 1996, en 1997 se fue al Mapei, donde estuvo hasta el año 2000. En los siguientes cinco años pasó por otros tantos equipos: Mercury-Viatel, Lampre-Daikin, CCC-Polsat, Vini Caldirola y LPR. Su mayor logro fue ganar el Giro de Italia de 1996, con una etapa. Fue dos veces segundo y otra vez quinto. En total, ganó siete etapas en la ronda italiana. En la Vuelta a España ganó dos etapas y consiguió un tercer y un cuarto puesto. También ganó una Vuelta a Suiza y un Tour de Romandía. Fue campeón de la Unión Soviética en 1990 (como amateur).